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Archive for 4 de noviembre de 2009

A la mezzosoprano Cecilia Bartoli no le importa nada topar con la iglesia. Ya lo demostró en su álbum «Opera Proibita», donde no sólo se vistió en la portada del mismo como Anita Ekberg en La dolce vita, sino al igual que ella en esta misma cinta, se disfrazó con un hábito de sacerdote en las diversas fotos del álbum.

El vaticano criticó duramente a la Bartoli por sacar a relucir aquellos trapos sucios que recordaban a la Roma de 1700 en la que los papas prohibieron la ópera como gratitud a la fin de la peste, pero también para hacer frente a la vida inmoral en que se había desarrollado el mundo del canto. En éste album Cecilia Bartoli recuperó piezas de la ópera «L’innocenza giustificata» de Caldara, en la que habla de una joven que deseando ser sacerdote se disfraza de chico para poder entrar al seminario. Una vez allí se enamora de otro joven y lo seduce. Ya el film de Fellini fue visto con malos ojos por Roma, pues la escena de la fuente con la belleza singular de Anita Ekberg recordando una «madonna», la alusión a la doble moral de la alta sociedad, simbología que recordaban el tema de los castrados, etc. no fue del agrado del vaticano.

Hoy vuelve Cecilia Bartolli a las andadas, recordando que la iglesia como institución tiene una memoria bastante oculta que lavar, y no le importa sacar a la luz esas maravillosas arias para castrati.

Cuando a las instituciones les da por interpretar como palabra de Dios, las opiniones de seguramente buenas personas, pero escritas hace un montón de siglos, dentro de un concepto que no podemos entender porque no estábamos allí, y les da por dogmatizarlas un montón de siglos más tarde, puede suceder que decidan que es pecado el que las mujeres canten en la ópera y que no es pecado castrar a niños para que puedan cantar como mujeres y suplir así la falta de estas voces en el canto. (?)

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