Por Escribiente
En época de pilares de la tierra, catedrales del mar y mundos sin fin, un libro de la editorial Edhasa del año 2004 (anterior por tanto a “La catedral del Mar”) que aborda el tema de la construcción de las catedrales para contar una historia de ambiciones, intrigas, amor, luchas y realizar un retrato de la época. Como los demás, vamos, pero interesante para completar la colección.
Sinopsis
En la Edad Media, el siglo XIII fue el siglo de la mujer y de las catedrales, una época de culto a la poesía, al amor y a la inteligencia que encuentra una de sus expresiones más acabadas en el arte gótico, que permite el maridaje entre la belleza artística y el homenaje a la deidad cristiana. Sin embargo, es también una época de persecuciones religiosas que obligan a la clandestinidad y al silencio a personajes como la protagonista, Teresa Rendol. Hija de un maestro pintor y pintora ella misma desde muy joven, su azarosa historia lleva a ser protagonista de la construcción de las catedrales de Burgos y León, y a entrar en contacto con uno de los secretos mejor guardados, transmitidos de generación en generación entre el gremio de arquitectos, el número de Dios, el secreto sobre el que se sustentan las catedrales del nuevo estilo importado de Francia.
La página 69
Las paredes creando un espacio absolutamente mágico. Las paredes, los pilares, las bóvedas, todo parecía difuminarse entre los rayos dorados y el tremolar de los haces de luz.
– ¡Dios santo! –exclamó el obispo de Burgos.
– Disfrutad de este momento, don Mauricio, sólo es posible hacerlo una vez al año –dijo De la Tour.
– ¡La luz de Dios! –exclamó don Mauricio.
– Ya lo habéis visto, eminencia, hemos conseguido capturar los rayos del sol y que al menos durante unos instantes sean nuestros.
– Habéis logrado un efecto maravilloso, pero…¿cómo…?
– Es un problema de óptica –intervino Juan de Rouen-; bueno, de óptica y de teología. Dios es la luz, la luz del universo que fecunda la tierra y que nos libra de la materia oscura. La piedra significa el mundo femenino, que al recibir la luz da la vida. Si os habéis fijado, la Virgen está esculpida en la portada en piedra negra. Pero eso no es todo, seguidme.
El maestro Juan los llevó hasta la nave mayor, casi a los pies del templo.
– Hemos construido esta catedral a imagen del mundo. Este templo es el símbolo del universo entero, aquí están juntas la luz y la oscuridad, la razón y la locura. Pero sin duda, es el templo del triunfo de la luz sobre las tinieblas. Las vidrieras dan forma a la divina luz solar. La luz es el elemento fecundador masculino y la piedra el receptor femenino, ambos nos hablan y nos recuerdan quiénes somos y de dónde venimos.
A don Mauricio le pareció que alguna de las cosas que decía el arquitecto de Chartres rayaban la herejía, o al menos semejaban creencias paganas condenadas por la Iglesia.
– Dios hizo la luz –dijo el obispo de Burgos.
– En efecto. Y para su mayor gloria hemos construido este templo, el mayor esfuerzo jamás hecho por el hom-…
La fotografía
Para ilustrar el post he elegido una imagen del MUSAC (Museo de Arte Contemporaneo de León), un edificio que expresa su voluntad de integrarse en el lugar mediante una sutil referencia cromática. En la fotografía de hansbrinker, se puede ver el punto de entrada, donde el edificio adopta la disposición de un ágora de forma cóncava donde los colores elegidos para teñir el vidrio de la fachada resultan de la digitalización de un trozo del “Halconero de la Cacería”, la vidriera más antigua de la Catedral de León, fechada en el siglo XII, por lo que después de un mortal y tres piruetas llegamos de nuevo al tema central de “El número de Dios”. Antes de decidir si el edificio te gusta o no te gusta quiero condicionar dicha decisión destacando que recibió en el 2007 el premio Mies van der Rohe de Arquitectura Contemporánea de la Unión Europea. (Museo de Arte Contemporaneo de León), un edificio que expresa su voluntad de integrarse en el lugar mediante una sutil referencia cromática. En la fotografía de
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